Ayer tuvimos un workshop el cual era dirigido por creativos de la agencia Madre, de la sucursal Argentina. Los chicos nos contaron más o menos cómo trabajaban y era muy copada su filosofía. Decían que trabajaban en una especie de taller grande con una mesa de unos 30 metros. Toda la agencia ahi. Una vez por mes, cada uno tiene que cambiar de lugar para trabajar con un nuevo compañero de esa misma mesa. Esta rutina, un tanto extraña se apoya en la noción de que la creatividad es potenciada por la incomodidad. De esta forma le huian al achanchamiento y mantenían siempre motivado el eje por el cual estaban en el lugar que estaban: la creatividad.
Yo pregunto, ¿alguna agencia de nuestro medio ensayará algún esquema parecido? La verdad estaría genial, porque los resultados son geniales. Los pibes vuelan. Cuando se acercaron a nuestra mesa de laburo, ya teníamos un concepto hecho, lindo, disparador de cosas copadas. Saqué varias conclusiones de esa breve charla, la primera es que son unas máquina creativas, cuando uno mete una, estos flacos te armaron una campaña multimedios y se fueron al lavadero a levantar la ropa. La otra conclusión que saqué es que las ideas en la mayor medida posible hay que mantenerlas simples y toda gran idea debe nacer de algo lo más distinto posible de lo que se venga haciendo. Muchas veces, inmersos en la rutina y en la necesidad de cumplir demasiado con las necesidades de los clientes, caemos en terrenos creativamente seguros, que lo único que hacen es saturar los mensajes que da la marca o similares, creando nada más ni nada menos que resistencia, porque nos están diciendo lo mismo con mínimas variaciones. Sería genial innovar así siempre, creo que es lo que cualquier creativo quiere para sí.
Al final, el concepto que teníamos emigró a un contenedor de basura y en vez de eso, la gente de Madre destacó algo que se nos ocurrió a los diez minutos de pelotear ideas, mucho más simple, claro e innovador.
La rutina no puede acostumbrarte a jugar seguro, o al menos no puede hacerte olvidar qué es lo realmente creativo.
Plazo fijo:
Mamá Lucchetti:
Teo y la máquina de ideas 