Comenzando a escribir para la página tuve varios comienzos fallidos. De hecho, a la hora que estoy escribiendo este mismo texto que estás leyendo, acabé de borrar una serie completa de posts que no me terminaban de convencer. La publicidad muchas veces se comporta así, el proceso creativo sobre todo. Miles son y serán las oportunidades en las cuales un camino que nos llevó mucho trabajo elaborar sea descartado para tomar otro, completamente distinto. Lo bueno de la creatividad es que no se puede decir que ese camino haya sido transitado en vano. El único camino que es transitado en vano, es el que se transita sin la convicción que se llegará a obtener algún resultado. Por eso el motor de las buenas ideas creo que siempre será la fé. Puede haber creativos que creen en pocas o ninguna cosa, pero ninguno de ellos podrá decir que no le tengan fé a encontrar buenas ideas, lo cual me trae a una gran máxima de la tarea que nos compete: las buenas ideas no son de nadie. No existen los “genios”. No hay iluminados en esta tarea. Incluso, aquellos que sean nuestros referentes por determinados logros, tampoco lo son. Es todo trabajo y fé. Las buenas ideas están ahi para que las encontremos y no importa si somos genios o simples amateurs, están ahi para ser descubiertas y el próximo puedo ser yo, puede ser mi referente o podés ser vos, por eso si lo que te interesa es la creatividad, nunca pierdas la fé ni dejes de creer. Hay gente que elije creer en cualquier cosa, sin ninguna intención de etiquetar, el creativo elije creer en que va a encontrar buenas ideas y eso, es el laburo más increíble del mundo.
Bienvenidos a “Teo y la máquina de ideas”.